Adolescencia ¡CRISIS!
La palabra adolescencia proviene del verbo adolecer, “el sujeto que adolece, padece, sufre”.
Dicho padecer se produce debido a la renuncia del universo infantil para entrar en el mundo de los adultos.
En este mundo, el sujeto, es llamado a ocupar un nuevo rol y deberá efectuar el pasaje doloroso de duelo. El dolor del adolescente está relacionado con el “duelo de crecer”, es un proceso de búsqueda de un nuevo equilibrio y la conquista de la personalidad.
Cuando se produce la crisis de la adolescencia, no solo repercute en el joven, sino en todo el sistema familiar.
Con frecuencia en este período, los padres, han olvidado por completo lo que a ellos mismos les pasó y se sienten desorientados.
Se trata de una crisis normal, que pasará con tanta mayor rapidez y facilidad cuanto más los padres se esfuercen en comprenderla. Para ello es esencial, el trabajo terapéutico en equipo, la búsqueda de información, como también, acompañar, escuchar, comprender y contener al hijo adolescente.
Para los padres, también se produce un duelo al ver que los hijos crecen, aunque racionalmente sea bueno, positivo e importante, devela la condición de la pareja, es un paso previo al nido vacío, en el cual la pareja percibe que sus hijos “se les van”.
Sabemos que la familia es el primer y más importante agente de socialización, pues es donde se aprenden las primeras normas de convivencia, se eligen temas de conversación, la forma de cómo responder a los requerimientos. También se aprende a construir vínculos entre sus miembros y se adquieren expectativas en el ejercicio de los roles. A medida que los integrantes crecen, las relaciones entre ellos va cambiando, como sus pautas que hasta el momento resultaban útiles, ya no lo son. Aquí comienzan los enfrentamientos con el mundo adulto, a partir de la necesidad de compartir los espacios comunes y la preservación de la individualidad. El adolescente logra su crecimiento, autonomía, en este intercambio de experiencias entre ambas opciones. Desde la familia se podrá ayudar permitiéndole superar ese nudo en el que se encuentran atrapados por la reproducción de los modelos aprendidos. Cuando crecemos tendemos a recrear el ambiente emocional de nuestro hogar de la infancia. Así como se aprendieron mandatos hoy se puede elegir desaprenderlos soltando definitivamente lo que no es propio. Ayudarlos en este proceso desde el reconocimiento de nuestras virtudes y defectos como padres, le facilitaría el proceso en su crecimiento.
El objetivo en el trabajo con los adolescentes se basa en conocerse a sí mismos, desarrollar las habilidades propias de la inteligencia intrapersonales como interpersonales. De esta manera, aprenden a autocontrolarse, a disfrutar de lo que hacen y a colocarse en el lugar de los otros sin dejar de ser ella o él mismos, a establecer relaciones que les permitan mantener su autonomía y su autoestima.
En esta crisis, es en donde se generará un nuevo renacer, ya que toda crisis genera cambios y nuevas oportunidades.
“Hoy es tu oportunidad de elegir, si lo deseas, compartir el camino de tu crecimiento personal abriéndote a un nuevo renacer”.
Lic. Gericke Maria Cristina
Psicologa
Lic.Erika Faintich
Psicologa
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