Cuadernos de Historia
Un Vecino de los más antiguos de Versalles, el electricista Soler, nos acercó éste trabajo sobre el Barrio de Versalles que hizo un amigo suyo Hugo Wilgner, y como nos pareció muy bueno, aunque algo extenso, lo publicamos en varios y sucesivos números.
“Mi Barrio de Versalles” Evocación ( 6º y última Parte)
Más Recuerdos
Dije al comienzo que “mi barrio” tiene nombre de palacio Francés y según creo con fundamento, se le debe a Don José Guerrico, en aquellos años, alto funcionario de los Ferrocarriles que, a su regreso de París, y deslumbrado por el Palacio de Versalles, sugirió, allá por 1911, ese nombre para el nuevo barrio.
Repaso lugares, nombres, situaciones que aparecen repentinamente con el ejercicio de la memoria, esa función emotiva que me permite la evocación. a borbotones surgen recuerdos.
Almacén y Despacho de Bebidas – “Las Chapas”, rezaba el cartel. Amplísimo predio de Don Lodi, con Glorieta, Jardín con mesas y sillas de hierro, cancha de bochas y juego de sapo en Gallardo al 600. Club “El Luchador”, Biblioteca Belisario Roldán, ferretería de Grassi, carbonería “Sassone”, inmobiliarias de Alce y Russo.
Como vieja estampa en movimiento, veo el paso mañanero de las Vacas por nuestra calle, y su ordeñe “al instante” para satisfacer el pedido de las Vecinas. La algarabía del conjunto de pavos que antes de Navidad, desfilaba por nuestra puerta. Al ser elegido alguno, el “Pavero”, lo sacrificaba “in situ”, con enérgica e inapelable torcedura de cogote.
La mensual visita de los “Cobradores a Domicilio” del gas, luz, e impuestos varios con la cartera llena de boletas a cobrar ….. si podían. La visita diaria de los Vendedores Ambulantes. La negra libreta con la cual el almacenero vendía “al fiado” y que se abonaba a fin de mes. El enorme carromato del sillero – escobero – plumerero con la mercadería colgada y sobresaliendo por los costados. El carrito del lechero cuyo cansado y aburrido caballo hacía el recorrido maquinalmente, de memoria y a paso lento permitiéndonos “colarnos” aunque fuera solamente por una cuadra. Las “batallas” armadas entre los bandos de purretes arrojándonos las “pelotitas” que arrancábamos de los paraísos o los “Venenitos” disparados con las “Cerbatanas” inventadas con los cañitos de vidrios de los sifones. Las “fumatas” de zarzaparrilla escondidos entre los pastos o los ligustros. El “Aurrieri – diez – mueva” con que comenzaba el picado o en la calle con la pelota “Pulpo” cuyo dueño generalmente era el “gordito” que iba al arco y que nos dejaba sin partido, cuando lo llamaban a “tomar la leche”.
El tiempo gastado con la barra de amigos en la esquina del Club, o del buzón discutiendo el gol de Pedernera, la jugada de Boyé, Pontoni o Erico. Las salidas en grupo los sábados a la noche para ir al Cine, a un cumpleaños, un “asalto”, un baile o a veces al Parque Japonés de Retiro. El cordial saludo de los vecinos al ir y al regresar del trabajo. Los juegos infantiles compartidos en la vereda. Las mariposas en las tardes y los mosquitos y bichitos de luz en las noches de Verano. El peculiar olor a “Flit”. Las audiciones de radio con “Tarzanito”, “Furia”, “Los Perez García”, “Los dos Pilletes” o “La Pensión del Campamento”. Los “sabañones”, las “cataplasmas”, la “untura blanca” o las “ventosas”. La llegada salvadora del “Dr. Morales”, llamado de “urgencia” a cualquier hora por una tos rebelde, un dolor de garganta, de oído o …… de barriga.
Repaso lugares… nombres …. Situaciones. Se anudan en mi garganta, recuerdos imposibles de enumerar pero que permanecen vivos en mí.
Pasó el tiempo y … sin querer
la vida me fue apartando
y poco a poco dejando
lo que allí supe tener.
Pero…. siempre he de volver,
“nunca me fui demasiado”,
hoy, ya viejo he regresado
al reencuentro con amigos
también como yo testigos
de nuestro barrio de ayer.
Barrio que fue y …. Ya no es.
yo también fui y …. Ya no soy.
Evocarte quiero hoy
y por eso, ya lo ves
aquí mi verso tenés
y en un canto sensiblero
mis rimas dejarte quiero
hoy, mi barrio de Versalles,
vuelvo a recorrer tus calles….
…. Estoy con vos … otra vez.
Quise hablarles de “mi barrio”. Mi barrio del que nunca me fui del todo. Como dijera una vez el gran “Pichuco” Troilo, también yo podría decir : “¿Cuándo me fui de mi barrio?, ……. ¡¡ Siempre estoy volviendo !!!”.
Quiero hablarles de . tengo necesidad de hacerlo. A veces, las cosas se hacen “tan nuestras” que, sin quererlo, parece las olvidáramos. Estuve lejos de él sin darme cuenta de lo cerca que lo tenía, pero … no siempre la distancia es ausencia ni el silencio es olvido. Crecimos juntos …. Cambiamos juntos. Me conoció de pibe, me vió de adolescente y de joven, …. Me despidió ya de hombre, casi un cuarto de siglo después de haberme recibido con mis padres y hermanos, un verano de 1937, en un escondido e ignoto pasaje Caranday al 900…… ¡¡¡ Cuando no existía la General Paz !!
Hugo Wilgner
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