RAMAL A LA BASÍLICA (1° Parte)
“…la Empresa que represento, ha estudiado la idea de prolongar, su línea férrea principal, desde la estación “Luján”, hasta el centro del pueblo…Vengo en nombre de la Empresa del Ferro Carril Oeste…a solicitar del P. E. la concesión del derecho a construir el referido ramal” “… se empleará el mismo sistema de vía en uso… en la línea principal…con el mismo material rodante que posee…”. Nota enviada el 14 de noviembre de 1896, por Santiago Brian, al ministro Emilio Frers. La notificación del Departamento de Ingenieros, es favorable y le hacen las indicaciones técnicas convenientes.
La Corte Suprema de Justicia, pronuncia sentencia definitiva y “declara improcedente la presente demanda” en el juicio seguido por el Sr. Uré contra el P.E. quien aducía que la construcción del ramal afectaría los derechos del contrato del tramway que había tramitado ante la Intendencia local.
Las gestiones avanzan: “cóncedese a la Empresa….la construcción de un ramal férreo…, de acuerdo con el plano adjunto…”.
El tendido tendrá un total de 1978 metros. El terraplén de la nueva Estación se levantará a 50 centímetros sobre el nivel natural del terreno…la zona de las vía se alambrará a ambos costados, debiendo cercarse el terreno de la estación nueva, con tejido metálico…se establecerá comunicación telegráfica entre las dos estaciones cabeceras…, la Empresa habilitará una calle de circunvalación de 20 metros de ancho…”
Se iba a utilizar para servicio de pasajeros, encomiendas y equipajes, “pudiendo la Empresa…establecer el servicio de carga”. Se aprueban las tarifas: 1° clase, 0,06 ctv. oro, ida y vuelta 0,10 , la segunda 0,04, ida y vuelta 0,06. “La estación terminal se denominará Basílica”. Se libró al servicio público el 5 de febrero de 1900.
También evitó desembolsar grandes gastos de acarreo de materiales para la construcción del Santuario. Se había comprado una cantera de piedra en Colón, Entre Ríos que tenía 8 cuadras de largo por 24 metros de alto. Se trasladó el material por el río Uruguay hasta Buenos Aires, por ferrocarril hasta la estación Luján y llegó hasta las obras por el Ramal a la Basílica.
Estación Basílica.
Una postal de la Estación contaría que estaba edificada sobre un terraplén. Un tinglado de 60 metros de largo a dos aguas servía de resguardo del sol y de las lluvias. A ambos lados, contaba con una doble fila de paraísos. Tenía dos vías y una tercera corta, para remolcar la locomotora a la playa de maniobras. Se completaba la imagen, con el paso a nivel, la garita del guardabarrera y el molino de viento. Para el buen descenso de los pasajeros, entre 8 a 10 personas colocaban unos bancos para acercar a los estribos de los coches. La iluminación funcionaba con lámparas a querosene.
Llegaban hasta 25 trenes en un día, especialmente el 8 de diciembre. Por momentos el servicio se congestionaba, era difícil coordinarlos al mismo tiempo. Provocaba retrasos que irritaba a los pasajeros. Fue un servicio condicional, no figuró en los horarios ni en los itinerarios del ferrocarril. La circulación dependía de los pedidos de las agrupaciones religiosas que contrataban día y hora de llegada de trenes y cantidad de pasajeros a trasladar.
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