Poema Dedicado al Padre
Roberto Peregrino Salcedo, autor del Evangelio en lunfardo y de los inolvidables libretos de Minguito, un buen día le dio papel y lápiz al poeta y nos dejó estos versos:
Con Olor a Papá
Al drepa le batimos mi viejo o mi papá.
Según las circunstancias o la edá.
Yo estaba en el apronte de rajar para el cole.
Él me pasó revista, supervisó mis uñas,
el guardapolvo blanco, me fichó la lustrada,
me peinó con gomina, me anudó la corbata.
Su paternal embroque fue siempre de caricia,
me miraba hacia ajoba, yo a él para arriba.
Hoy lo sigo junando y a pesar de su piro,
de arribeño me sigue revoleando sonrisas.
Por sus cosas de macho, mate amargo, tabaco,
su crema de afeitar y además el ruidito
de la yilé filosa raspando a contrapelo,
yo siempre quise ser igualito a mi viejo.
Mientras él se afeitaba, yo iba haciéndole muecas,
el cuello para un lado, la jeta para allá…
pungándole en secreto su colección de gestos,
yo me estaba afeitando, igual que mi papá.
Manyó que lo imitaba y ahí sí, me dio la cana
mi buen papá noel de la barba espumada
que bromeó: “¡que hacé mono!”, riéndose con ganas.
Yo también me reía -¡Uy que linda mancada!
Le dí un beso a lo bruto, me rajé para el cole.
-Chau papá! -dije y él que seguía riendo-
-¡Volvé!, que estás llevando mi jabón en tu ñata.
Yo me hice el sordeli y me olivé contento.
Me sentía feliz al entrar al colegio.
Tenía olor a mate y a su tabaco negro
perfumado de espuma del jabón de afeitar.
Tenía en la nariz, olor a mi papá.
Roberto Peregrino Salcedo
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