Correo de Lectores “Sobre Publicidad Gratuita”

“Sobre Publicidad Gratuita”

Estimado  Luis Alberto, 

Me contacto con usted luego de haber leído la nota publicada en su revista en el número de agosto 2016.
Antes que nada lo quiero felicitar por la revista, de cual soy lector ya que vivo en el barrio desde que nací. Me crié a algunas cuadras del edificio donde usted vive hoy.
De hecho, viví con mi hermano Andrés en ese mismo edificio hasta hace unos años y donde hoy vive mi madre, mi prima y compañeros de trabajo. De hecho fui la primera persona que habito el edifico y conozco a Ernesto y Víctor, a quienes usted hace mención en su editorial. Ya se podrá imaginar mi relación con la firma Andre Kevin, empresa que fundo mi abuelo (fue idea de mi abuelo usar nuestros nombres) y luego continuó y finalmente vendió mi padre para cambiar de rubro, y hoy nos dedicamos a los pisos de madera.

Quiero contarle, los mas breve posible, la relación que tiene mi familia con los espacios verdes que están próximos a su domicilio y los que hace referencia en su publicación.

Con el advenimiento de la democracia y ante la inacción en la década del ’80 del cuidado de los espacios públicos por el Gobierno del entonces De La Rua en la presidencia de Alfonsín mi padre decidió, siguiendo las enseñanzas, tanto de mis abuelos como de buenos maestros, tomar personalmente el tema y por los menos aportar junto con la empresa que en ese entonces presidía la puesta en valor de los bulevares de las calles Porcel de Peralta, París, Barragán y la rotonda de Juan B Justo frente a Vélez, los que para ese entonces eran terrenos baldíos, páramos destinados a la marginalidad, tierra de pelotaris, malvivientes y trapitos, potreros sin un árbol y cuidado.

Ahí comenzó su sueño de convertir esa tierra desolada en una humilde réplica de lo que su maestra de cuarto grado le había enseñado, de nuestro máximo prócer Sarmiento, que en sus fines de semana su pasión fue forestar lo que había sido la estancia de Rosas. Su obra se convirtió luego en los Bosques de Palermo que hoy nos llenan de orgullo, a pesar de lo poco que aún queda de ellos (debido a permisivas administraciones que admitieron que la urbanidad lo haya en parte devorado).

Debido a que donde usted hoy vive funcionaba en la década del 90 la casa central de Andre Kevin, soy testigo presencial del cambio que sufrieron dichos parques. Todos los días cuando salía de colegio iba a la oficina a almorzar con mis padres y recuerdo el esfuerzo y frustración de ver como los arboles que plantábamos  eran destruidos por las mafias de los trapitos que veían frustrado su negocio al no poder estacionar sobre la rotonda frente a Vélez y sus plazoletas aledañas. Debo decir que ganamos por cansancio y hoy es un patrimonio de todos.
Años después, mi padre fue uno de los fundadores del área de Padrinazgo de la ciudad, que le dió un encuadre legal a quienes, como el, aportaban desinteresadamente para mejorar los espacios verdes. Padrinazgo que desde aquel entonces ha seguido ejerciendo ininterrumpidamente a través de sus diferentes empresas, y por el cual en el año 1994 y en un acto en Teatro Gral. San Martín, el ex intendente Saul Bauer le entregó un plato conmemorativo como reconocimiento al mejor vecino de la Ciudad de Buenos Aires.

Amén de lo antedicho, ha continuado con su tarea, cuya impronta hoy puedo decir orgullosamente, ha cambiado la fisionomía al Barrio de Versalles, pues el ahora frondoso Parque se extiende desde la rotonda del Club de Vélez Sarsfield,  continuándose por sus bulevares, dándole un matiz diferencial, por la cantidad y variedad de especies, que dan un valor extra a la zona y refuerzan el pulmón verde tan necesario para la calidad de vida de la metrópoli.
Testigo de lo antedicho y un especial reconocimiento merece, el Ing. Juan Comerio, funcionario de carrera en el área de Padrinazgo (del Gobierno de la Ciudad), que nos acompañó en todo desde el inicio, dándonos el máximo de respaldo y asesoramiento en nuestra misión y con quien podrán verificar absolutamente todo lo relatado.

También podrá observar en las fotos adjuntas, que nuestra tarea no quedó circunscripta al barrio de Versalles, donde vivimos y viven nuestros familiares, sino que al ver el drama que estaba sucediendo donde trabajo en los bulevares de la calle Garzón y Remedios en Mataderos, tomados por la marginalidad y que se habían convertido en depósitos de residuos contaminantes, tierra de cirujas y guarda al aire libre de cartoneros. En lo que nos fue luego una magna y costosísima labor, hoy tenemos el orgullo de mostrar la singularidad de haber recuperado, después de dos años de calvario, estos espacios, devolviéndolos parquizados y cuidados a la comunidad, en un acto en el que asistió el hoy Senador Diego Santilli junto a vecinos que me expresaron el máximo agradecimiento y respaldo.

Todo lo antedicho fue hecho siguiendo las enseñanzas de mi abuelo «De dar sin esperar recibir nada a cambio» por la simple satisfacción que implica haber colaborado en esta vida, a hacer el mundo un poquito mejor.
Si sumamos los recursos humanos, las aprox. 2000 especies plantadas o repuestas, el riego, el vallado con postes metálicos para que no accedan los autos, etc., etc., etc., durante más de 30 años, la cuenta más austera arroja la friolera de muchos millones de pesos oblados siempre de nuestro propio peculio.

Me sentí en la necesidad de enviarle este correo ya que como vecino del barrio estoy orgulloso de vivir en Versalles y salgo todos los días a correr por las plazas que foresto mi padre haciendo un barrio más lindo para todos los que lo habitamos.

Le agradezco su tiempo y me mantengo a su disposición por cualquier consulta.

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