Cuadernos de Historia
Un Vecino de los más antiguos de Versalles, el electricista Soler, nos acercó éste trabajo sobre el Barrio de Versalles que hizo un amigo suyo Hugo Wagner, y como nos pareció muy bueno, aunque algo extenso, lo publicamos en varios y sucesivos números.
“Mi Barrio de Versalles” Evocación (3º Parte)
“El Centro”
Gallardo y Arregui, cruce de empedrados que aún están. Eran la esquina más “importante”, más céntrica, más transitada, más vigilada. Obligado paso para la Estación. Parada de Ómnibus. Surtidor de Nafta, vinería “La Superiora”, Peluquería y venta de diarios, la calesita, la G.D.A (Grandes Despensas Argentinas), pizzería, farmacia, ferretería, relojería, carnicería, fiambrería, lechería “La Marujita”. Grupo comercial que daba vida a la zona que denominábamos…. “El centro”. Esquina donde tenían la “Parada” los vigilantes de la Comisaría 44º, por entonces ubicada en Av. Rivadavia al 10.400, en Albariño al 100, frente a la Plaza “Ejercito de los Andes” y al lado del Cuartel de Bomberos.
Más allá, en Arregui y Bruselas, “Detrás de la Estación”, el antiguo Mercado, la tienda de Attarián frente a la joyería – relojería – disquerías Narcisi. A partir de 1943, la Escuela Estados Unidos de America, frente a la Plaza Bannff. Y el café de Rómulo en Arregui y Manuel Porcel de Peralta, parada, tiempo atrás, del Ómnibus 119.
En una esquina… el buzón
siempre allí firme parado
vestido de colorado
y cumpliendo su función.
En la otra esquina…. el “botón”
la parada allí tenía.
En la ochava… vinería,
enfrente… la calesita,
lechería ”La Marujita”
y más allá… la Estación.
También….la peluquería
en el lugar se encontraba
la infaltable…pizzería.
Cruzando…relojería,
y de nafta el surtidor,
consultorio del doctor,
la farmacia, la tiendita
y una linda vecinita
que a mal traer nos tenía
La Escuela
Guillermo Enrique Hudson, Arregui 6840, “la 14 del Consejo Escolar 18” que, entre Gana y Fragueiro, también vio nacer a su lado la Av. Gral Paz., inmensa entonces a mis sorprendidos ojos de purrete, me recibió, me cobijó, me cuidó y con las hábiles manos de cariñosas maestras, me enseñó, me enseñó los primeros “palotes”. Allí cursé Primero Inferior, Superior, Segundo y Tercer Grado, ya que a partir del cuarto era solamente para niñas.
Aún hoy, casi 70 años después, huelo todavía el perfume de su patio con árboles y flores, veo la añosa morera, oigo la campana que hacía sonar el portero Don Avelino llamando a los recreos, descubro nombres y apellidos de compañeras y compañeros que me sonríen desde las fotos amarillentas mojadas por alguna indiscreta lágrima.
Señorita …. Lola, Señorita….Herminia, Señorita Sara, Señorita….. , no alcanzo a leer los apellidos porque “las señoritas” no tienen apellidos. Por siempre serán “Mis Maestras”, aquellas que me enseñaron a tomar el lápiz “Faber Nº 2”, a usar el sacapuntas, la lapicera con la pluma “Cucharita”, a dibujar las letras en el pizarrón para luego juntarlas en palabras, a leerlas en el libro de lectura “Primeras Luces”, a comportarnos correctamente, a compartir, a iniciarnos en la vida de relación.
Serán siempre “Mis Maestras” y seguramente estarán hoy en alguna estrella que brille en las noches Versallenses, sobre….”La Hudson”:
Continuará…….
Hugo Wagner
Cantidad de Caracteres 3241
Agrego:
en Arregui entre Barragán y Gallardo estaba la joyería de los Sres. Bellardinelli y González, el titular del negocio de la vinería La Superiora tenía reparto a domicilio y se llamaba Don Feliciano. La calesita estaba en Arregui en la esquina con Roma, al lado de la casa de los gitanos.