Cuadernos de Historia: Los Alemian en Versalles
Hay recuerdos que a través de los años, resultan imborrables, especialmente para los chicos, aunque haya pasado ya mucho tiempo. En la calle Santo Tomé casi Cochicó, vereda par, había un sastre, yo lo veía trabajar desde la ventana de su negocio. Pero lo que más me atraía, eran unas carpetitas de algodón marcadas con unos dibujos con flores. Estaban exhibidas en la vidriera con sus respectivos hilos de bordar. Una vez tuve la suerte que mi mamá me las comprara y así pude tenerlas en mis manos y las empecé a bordar. Siempre tuve el atractivo de los trapitos, las costuras, las tijeras y el bordado que fue luego mi actividad comercial, desarrollada por muchos años, una industria textil.
Recuerdo que era una familia de armenios con varios hijos. Su hijo Juancito, muy trabajador, vendía a los negocios, lo que se llamaba bonetería, camisetas, calzoncillos, pañuelos, etc. Lo veía pasar por mi casa en bicicleta, llevando en la parte de atrás, una caja donde transportaba su mercadería. Con el tiempo, cambió por una motoneta, muy de moda por entonces, ya con bultos más grandes. Después, anduvo en su Ford Falcón. Por mi parte ya había dejado las carpetitas y estaba en mi época de estudiante universitaria. Como medio de vida y para pagarme los estudios, había comenzado a fabricar pañuelitos, baberos, batitas y Juancito empezó a comprar mis artículos.
A Alicia, su hermana más chica, la recuerdo de cabello oscuro con una trenza importante que siempre lucía a un costado de sus hombros. Con el tiempo me mudé a la calle Viena y otros pasaron a ser mis vecinos.
Hasta que hace unos dos o tres años volví a ver a Alicia pasar por mi casa, en forma frecuente. Un día la hablé y le dije que siempre recordaba a su familia, su papá, mamá, hermanos y a ella y le conté de las carpetitas. Iniciamos una amistad. Ella viene a mis charlas, cuando encuentro alguna nota de armenios se la guardo o le aviso. Recordamos a su hermano Juan, que ya no está entre nosotros. Todas estas cosas me motivaron a escribir estos recuerdos. Le pedí que me consiguiera unas fotos y que me contara cuantas familias armenias llegaron al barrio.
Entonces me puse a transcribir parte de lo que me dio Alicia.
Su padre Luder Alemian nació en Aintab, actualmente Gaziantep. Arribó en 1930 a Versalles, se fue a vivir a la calle Santo Tomé 6538. Vino como refugiado, no como inmigrante. Fue obligado a dejar sus tierras ancestrales, por el genocidio armenio en 1915 y de los años posteriores. Casi toda la población Armenia fue masacrada. Dice Alicia que fue uno de los primeros habitantes de Versalles. Su profesión fue la de sastre. Se casó en Damasco con Rosa Keoshkerián, formando una familia de seis hijos: Lucía, Juan, María, Elsa, Carlos y Alicia. Estos tres últimos nacieron en el Barrio. La mayoría de ellos son periodistas. Su papá aportó al país con su cultura, conocimientos, experiencia y trabajo y supo y pudo =mantener a su familia numerosa trabajando día y noche y agradeciendo a este bendito país que le abrió las puertas de par en par, cosa que le fue negada en su propia tierra.
Falleció en octubre de 1956, cuando todavía tenía mucho para dar, dejando huellas imborrables en la memoria de sus allegados, vecinos y fundamentalmente en la conciencia de sus hijos. Siempre se lo recuerda con mucho respeto y afecto. Pregonó con su ejemplo de humildad y honestidad.
Alicia me hizo un listado de las familias armenias que se fueron estableciendo en el barrio, pero me aclaró que fueron pocas:
Der Gazarián vivían en Lascano 6888. Nvart (nueva rosa), con sus tres hijos, Antonio, Horacio y María Luisa, trabajaron en la fábrica Teubal, estos dos últimos siguen viviendo en la misma casa. (donde su fundó en 1934 la Biblioteca Belisario Roldán)
Los de la provincia de Urfa, vivían en Marcelo Gamboa casi esquina Gallardo. Rosa tuvo tres hijos María, Hagop y Helena.
Attarián, comerciantes en el rubro mercería, vivían y trabajaban en Arregui entre Porcel de Peralta y Bruselas. Fueron dos hermanos casados con dos hermanas. El mayor tuvo una hija, Ana Victoria y el menor María Araceli y Juan Carlos.
Los recuerdo, cuando exhibían en el espacio central del negocio, los trajes de carnaval, que me dejaban bizca.
Al lado vivían los Zeldeyán, (tintorero), cuya hija se llamaba Alicia.
Los Namián que vivían en Dupuy casi Alvarez Jonte. Habib, viudo con cuatro hijos: Mario, Rosa, Elena y Baltasar.
Los Baltaián vivían cerca de los Namián.
En Madero entre Arregui y Lascano vivían Jorge Dagavarián y familia
En Santo Tomé y Barragán estaban los Arzoumanián. Don Carlos (sastre), su esposa y sus cuatro hijos: Olga, Carlos, Raffi y Roberto. Recuerdo que arreglaban máquinas de coser. En los años 50 llegó el hermano de Don Carlos, Benón, su esposa Osana y sus hijos Hagop y Elda. Después arribó Zabel, su esposo y tres hijos: Silva, Rodolfo y Yakim. Ellos vivían en el pasaje Caldén. Actualmente Rodolfo y su familia viven en Gallardo, entre Arregui y Lascano (taller mecánico).
El dueño de calzados San Rafael, Don Jorge, era Armenio, su hijo tiene una zapatillería al lado del Club Ateneo.
Desde 1985, viven en Caranday 850, Nadia Venedikián, bióloga, casada con Esteban Alaghiozian, su hija es Melina.
En Arregui e Irigoyen vivieron los Tagtagián. En Gana casi esquina Lascano vivía Pedro Antojan y su esposa Beatriz Abadyian.
Cruzando la Avenida General Paz, a la altura de Nazarre, vivieron las familias Handyian y Yanikián, aún hoy viven algunos de la familia.
En 1986 llegan al barrio Martín Balekián y familia y viven donde vivieron los Alemián.
En Liniers se establecieron numerosas familias en torno de una Iglesia Armenia que está ubicada en Patrón 6373 donde actualmente se celebra misa el 1° domingo de cada mes en el rito católico, apostólico, armenio, (en idioma armenio). Una multitud concurre a estos encuentros y reencuentros con sus raíces ancestrales.
Estas familias que llegaron al Barrio, provenían de distintas provincias armenias, en diáspora y vivían como buenos hermanos.
Por unos años, Alicia Alemián, se fue de Versalles. Su nostalgia la hizo volver y actualmente viven en Pasaje El Chasque, a pocas cuadras de su casa paterna, donde pasó su infancia y juventud y guarda innumerables recuerdos.
Me contó cómo su papá había aprendido el oficio de sastre que le sirvió para ganarse la vida, incluso cuando llegó a la Argentina. Le había dado refugio a tres conocidos salvándolos de la muerte, algo muy común, ya que cualquiera podía ser ajusticiado por un mínimo delito. Ellos, en agradecimiento, le enseñaron sobre una frazada vieja, lo básico para el oficio de sastre, gesto que su papá valoró mucho, ya que alguien de su familia se lo había negado. Recuerda Alicia: era un modisto fino, resolvía satisfactoriamente cualquier problema.
También me trajo una información interesante que sus hijos conservan en un cuadro y que cuenta así:
EJERCITO ARGENTINO- REGIÓN MILITAR-COMANDO DEFENSA ANTIÁEREA 4611 PASIVA DE LA CAPITAL FEDERAL
El Señor LUDER ALEMIÁN, domiciliado en la calle Santo Tomé N° 6538 ha sido designado JEFE de la manzana N°399, de la Sección 44ª. Comprendida entre las calles Gallardo, Santo Tomé, Madero y Nogoyá, de conformidad con las reglamentaciones vigentes.
Buenos Aires, Diciembre 6 de 1944.
Firmado por:
Hector Vitale (Teniente Coronel) – Fausto Nievas, comisario Jefe de la Sección Antiaerea N° 44 y Santos Ross Presidente de la Defensa Antiaérea Pasiva-
Era una costumbre en esa época, designar Jefes de Manzana a los vecinos destacados del barrio. Ellos debían tener un control de lo que sucedía.
De situaciones mínimas, se hace la historia de un pueblo, de una ciudad, de un barrio, etc. Esta es una que recuerda a una familia Armenia, los Alemián, que vivió, trabajó y dio buenos ejemplos en Versalles. Hoy sus hijos están para recordar y las inolvidables carpetitas, como memoria durable de una niña, para traerlo al presente.
Susana Boragno
Cantidad de Caracteres 8038